Domingo Q.
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La opinión que uno pueda tener sobre esta farmacia, la de López Mercader en Cedeira, y el servicio que da a las personas que acuden en la búsqueda de la prestación asistencial para el auxilio farmacológico a sus males, que es en sí la función que una botica cómo esta debe de tener, que es la misión de facilitar el suministro público de los medicamentos para ayudar tratando de corregir o de reparar un trastorno orgánico en las personas que padecen un desorden de cualquier condición, es algo tan subjetivo lo que yo pueda decir de la Farmacia López Mercader de Cedeira, que aunque mi opinión se haga pública a grandes voces, llena de la convicción propia que tiene una persona en la necesidad de una medicina para interrumpir un proceso leve o grave de la salud corporal, siempre estará la subjetividad de mi opinión puesta en duda, es más, calificada por quiénes tienen más estará sin valor alguno por ser el decir de una persona señalada-la de un comunista marginado aborrecido-, un extranjero que no es persona del agrado de los de aquí, que ha sido excluido de todo, hoy de la farmacia básicamente por ser esencialmente consistente e inmune a los males físicos del género humano; Yo que ya tengo 66 años de edad que viviendo lejos de la ubicación de esta farmacia en Cedeira, por faltar un medio de transporte propio y carecer de una familia entregada a la amistad y al cariño franco que tienen las personas sensibles al abandono de los viejos a la soledad y al sufrimiento, por haber llamado a esta farmacia, la única abierta esa noche quizá por haberlo hecho inoportunamente a las 3 de la madrugada, y que se me rechazara toda clase de ayuda por parte del hábil cuerpo del servicio de guardia para la atención paliativa de los achaques y de los padecimientos que tienen las personas, en especial las personas seniors, después de haberles yo expuesto el motivo y las circunstancias por la que buscaba el amparo y la caridad en ellos, la ayuda tan necesitada que yo tenía, se disculparon al decir-que no te podemos llevar la medicina a tu casa-palabras dichas con el desprecio y el rechazo a mi origen y a mis costumbres, finalmente, antes de colgar el teléfono justificaron su desasistencia y perjuicio diciendo-lo que necesitas es con receta médica y si no la tienes ve por urgencias al Centro de Salud-; Ahora con la razón que me da el análisis crítico y preciso de la función social que debe de tener el colegio de las farmacias y de todas las colectividades gremiales relativas a la salud en la sociedad capitalista, en la que viven los dueños de los establecimientos de Cedeira sean farmacias o no, lo que aclaro que no es ni para exculpar ni para acusar, yo me pregunto-¿es la misión primera de la farmacia prestar el auxilio en el momento que solicitan de disponer de su inventario de medicamentos las personas que padecen una condición médica activa?-, o en cambio,-¿es lo primordial para la farmacia de López Mercader tener que obligar al enfermo a cumplir las normas correspondientes a un reglamento político-burocrático para entonces poder cumplir la misión exclusiva que por naturaleza tiene la farmacia que es el de poder asistirle con sus suministros?-si alguien ve en esta última cuestión la respuesta a la función de la farmacia de Belén y de Paula López Mercader es que las farmacias capitalistas de la España, las de Cedeira, no tienen en cuenta el dolor o la indisposición de la persona que los llama por el teléfono o la que se planta ante el mostrador en búsqueda del remedio de una medicina.
Dominguin Q.